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Hola Miguel, muchas gracias por tu disponibilidad y la verdad que es un verdadero placer poder charlar un rato con un pioniero del periodismo deportivo argentino.

Como memoria histórica del River Plate, pudiste ser testigo de la época más gloriosa del Millonario y por eso en que lugar pones la Copa libertadores lograda en Madrid? Fue la cumbre de los títulos obtenidos del River? ¿Como los siguen viviéndoos los hinchas de la Banda?

En sus 119 años de vida, River tuvo muchos momentos de gloria. Con equipos fantásticos, con futbolistas de nivel superlativo, con conquistas de indudable repercusión que trasparon las fronteras argentinas. Pero, sin duda, desde que Marcelo Gallardo se puso al frente del plantel -a mediados de 2014-, la historia del club cambió radicalmente y, obviamente, para bien. De manera especial, por todo lo que se logró a nivel internacional, una de las materias que adeudaba River. Por lo general sostengo que es prácticamente imposible comparar épocas diferentes, pero está claro que éste es uno de los ciclos más extraordinarios. Y por el hecho de habérsela ganado a Boca, en una escenografía inédita (Madrid) para una definición de conjuntos sudamericanos y con todo lo que ocurrió en los días previos, la Copa Libertadores 2018 ocupa el primer lugar en el podio de las grandes hazañas de River.


Haciendo un paso tras, este 9 diciembre 2018, como te despertaste? Contarnos tus sensaciones de este día tan clave en la historia de esta institución: ¿tenía confianza, miedo o solo mucha tensión para este partido?

Por una dificultad personal, yo no pude viajar a Madrid para presenciar la final de la Libertadores ante Boca. Vi el partido por televisión, en el living de mi casa, y con la absoluta seguridad de que se iba a plasmar en el césped del Bernabéu la notoria superioridad en todos los sentidos -colectivo, individual, físico, anímico- que existía entre un equipo y otro. River contaba con una ventaja extra: sus brillantes antecedentes cercanos contra Boca, algo que era una inyección de confianza para los suyos y un karma indisimulable para su rival. El otro aspecto esencial pasaba por los técnicos: Gallardo siempre supo cómo enfrentar y cómo ganarle a Boca; Guillermo Barros Schelotto era todo lo contrario, en cada Superclásico dependió de que se le prendiera la lamparita a alguno de sus jugadores porque la estructura global del equipo no lo salvaba. Boca jugó mejor en el primer tiempo, pero a simple vista se veía que si River reaccionaba -como lo hizo- iba a ser el campeón. Así fue.

Pero todo empieza en Porto Alegre en el partido de vuelta contra Gremio.
En el entretiempo, con el equipo obligado a remontar dos goles y no poniendo estar en el banco, Gallardo entra camuflado en el vestuario para animar a los muchachos. Pensas que en aquel momento River empezó a acariciar la Copa? Aquel plantel era más fuerte de Boca o la diferencia la hizo el muñeco?

El triunfo ante Gremio en Porto Alegre fue esencial para robustecer el ánimo del plantel hasta el cielo y para comprobar, claramente, que la ya famosa frase de Gallardo tenía más vigencia que nunca. “Que la gente crea porque tiene con qué creer”, enfatizó el Muñeco tras la derrota (0-1) en el partido de ida en el Monumental y esas palabras calaron hondo en el corazón de los hinchas y de los jugadores. En Porto Alegre, River parecía perdido por el resultado circunstancial y porque los minutos se consumían inexorablemente.

Sin embargo, nunca bajó los brazos, siempre apostó a ganador, permanentemente creyó –la bandera que izó Gallardo– en que se podía. Ese dar vuelta la historia significó un espaldarazo gigantesco para ver con los mejores ojos la final con Boca.

(IG @MigueBertolotto)

Gallardo  fue el absoluto protagonista de la presidencia de D’Onofrio, el hombre que cambió la historia copera de un equipo que estaba en deuda con los títulos internacionales y es el técnico más ganador del club: superó a los grandes entradores del River? ¿ como ves el futuro de la Banda sin el cuando haga él gran pase hacia al fútbol europeo y quién actualmente podrá ser su digno sucesor?

No sé quién puede ser el sucesor de Gallardo. Me imagino a otro hombre del riñón de River, pero todavía es demasiado apresurado para tirar nombres. Cuando el Muñeco ocupó el lugar que había dejado el renunciante Ramón Díaz, la mayoría -me incluyó- pensó que la mochila de tomar las riendas de un equipo campeón iba a tener un peso tremendo. Gallardo no sólo lo hizo de la manera más natural sino que, además, superó con holgura lo que había hecho Ramón. El futuro reemplazante de Marcelo se va a encontrar con un desafío mayúsculo, pero al mismo tiempo con una certidumbre: no creo que nadie le pida que iguale la campaña de Gallardo. Eso es una tarea ciclópea y, a todas luces, prácticamente imposible.

Una pregunta sobre el partido de vuelta con Los Xeneixes que no se pudo disputar:
En el ataque que hubo al micro de Boca que recorría la avenida del Libertador entre Quinteros y Monroe, a quien se debería echarle la culpa? A la policía que falló en la seguridad o a River? Fue justo jugar la final en Madrid?

Los culpables de los incidentes que sucedieron antes del encuentro de ida ante Boca fueron los funcionarios encargados de la seguridad. Si uno piensa mal, diría que liberaron la zona por donde debía pasar el micro de Boca. Si uno es más benévolo, afirmaría que fueron unos ineptos. Sea como fuere, su impericia desembocó en un escándalo impresentable. Por otro lado, jugar la final en Madrid resultó un absurdo. La revancha debió disputarse en el Monumental, como estaba previsto. Por la salomónica decisión de la Conmebol, la gente de River se quedó sin partido en su casa. A eso también le tuvo que ganar el equipo: a jugar las dos veces fuera de su estadio.

Angelito fue mucho más que un ídolo como jugador y técnico del River. Vos que tuviste el privilegio de conocerlo, qué anécdotas podes contarnos sobre el y que legado dejó en la institución?

Angel Labruna es el ídolo más grande de la historia de River. Quizás, su mayor legado haya sido el halo de ganador que siempre tuvo y que le contagió a todos. Cuando llegó al club para cumplir su tercer ciclo como técnico, no le tembló la voz para decir a los cuatro vientos “vengo a River para salir campeón”. River hacía 18 años que no daba la vuelta olímpica. Angel quebró el maleficio.


Cuál fue el equipo que más te entusiasmó de la historia del fútbol argentino?

De los River que yo vi, puedo nombrar como equipos fenomenales al del Metropolitano de 1975 -conducido por Labruna-, al de Ramón Díaz que ganó casi todo y a los de Gallardo. Otro conjunto que daba gusto verlo jugar fue el Huracán de César Luis Menotti en 1973.

Una pregunta sobre Maradona: fue Aragón Cabrera que no quiso contestarlo o fue el Diez que no quiso ir a River?

Diego Maradona pudo llegar a River en 1980. Lo dijo él mismo: “Tenía la ilusión de jugar en River, pero Aragón Cabrera me derrumbó la ilusión”. La cuestión fue que no se pusieron de acuerdo en el contrato de Diego. El presidente no quería pagarle más que Ubaldo Fillol y Daniel Passarella -los mejores pagos del plantel-; Maradona no aceptó lo que le propuso Aragón.

Miguel, el jugador más grande (de los que viste jugar) que vistió el manto sagrado?

El mejor jugador que vi en River fue Norberto Alonso. Un crack de todos los tiempos. Beto tenía todo: talento, habilidad, pegada, cabezazo, frialdad y certeza para definir en el área, ascendencia con sus compañeros, personalidad. Un súper crack, una zurda de oro. Uno de los mejores goles de Alonso fue a Miguel Santoro, de Independiente, en una goleada de River por 7-2 en el Monumental, en 1972. Justo hoy, 3 de diciembre, se cumplieron 48 años de ese gol. Ese día, Alonso hizo el gol que no le pudo hacer Pelé a Uruguay en el Mundial ’70. Picó a buscar una pelota larga, le amagó a Santoro sin tocar la pelota y la fue a buscar por el otro lado. Con el arco libre, la tocó de zurda al gol. Extraordinario.

Miguel e il Beto Alonso
(IG @MigueBertolotto)

Lo de Maradona fue una tragedia sin palabras. Vos que conociste Diego y que lo entrevistaste muchas veces cara a cara, qué tipo fué? Puedes contar alguna anécdota?

Tengo dos recuerdos inolvidables de Diego Maradona. El primero fue que tuve el privilegio de ver su debut en Primera División, el miércoles 20 de octubre de 1976, cuando Diego jugaba en Argentinos Juniors y todavía no había cumplido los 16 años (le faltaban diez días). Más allá del resultado -su equipo perdió 1-0 conTalleres de Córdoba, una sensación en ese momento- y de los 45 minutos que jugó Maradona (todo el segundo tiempo), me quedó un imagen que todavía hoy tengo en mis retinas: cuando pude ingresar al pequeño camarín de la vieja cancha de La Paternal, lo encontré en un rinconcito, sentado en un banco de madera, unos minutos después de haber vuelto de la ducha.

Estaba envuelto en un toallón blanco y parecía un pollito mojado. Con una vocecita apenas audible, se presentó “en sociedad” diciendo su nombre completo, su edad, dónde había nacido y cuánto hacía que estaba en el club. Aunque no lo sabía ni él ni nosotros -los periodistas-, ese día había abierto sus alas el que para mí es el mejor futbolista de todos los tiempos.

Miguel e il Pelusa
(IG @MigueBertolotto)

El segundo recuerdo es en el Mundial de México. Tras su experiencia fallida en España ´82, Diego sabía íntimamente que esatenía que ser su Copa del Mundo. Se preparó de la mejor manera posible y llegó al Distrito Federal en las condiciones ideales en lostres aspectos esenciales: futbolístico, fisico y anímico. En México, además, iba a consagrarse el sucesor de Pelé como mejor jugadordel planeta. La Selección que conducía Carlos Bilardo estaba concentrada enlas instalaciones del Club América, en las afueras del DF.

Teníamos más de una hora de viaje, en medio de un tránsito insufrible. Los entrenamientos eran bien temprano, para que los jugadores no sufriesen el tremendo calor, y luego Bilardo abría las puertas a la prensa para las entrevistas. Obviamente, todos los días el granbuscado era Maradona. Cada vez que aparecía en escena quedabaen pocos segundos rodeado por un enjambre de periodistas, conobvia mayoría de argentinos y de italianos.

Acercar un grabador a lavoz de Diego o sacarle una foto era una misión titánica, a veces imposible. El viernes 6 de junio de 1986, un día después del empate 1-1 contra Italia en Puebla, esperé pacientemente que Maradona terminase de hablar en la multitudinaria rueda de prensa (siempre eran al aire libre) y, cuando se despegó de los cronistas, lo acompañé caminando hacia el comedor, donde lo aguardaban parael almuerzo. Fuimos hablando y lo convencí para que me diese unos minutos a solas, mano a mano (la foto del diálogo salió en la tapa del suplemento deportivo de Clarín).

Charlamos alrededor dequince minutos y me entregó una frase maravillosa que lo pinta decuerpo entero: “Ojalá que sea mi Mundial, pero que también sea elde Argentina. Así ganamos todos. Yo no puedo jugar sin compañeros, el fútbol es un juego colectivo y entre todos tenemosque llevar esto adelante”. Veintitrés días más tarde, Argentina era campeón del mundo. Y Maradona accedía a la cima del fútbol.

(IG @MigueBertolotto)

Concluye aquí la entrevista con Miguel Bertolotto, una verdadera mina de cultura futbolística y gran hincha de River, autor del libro ‘Mientras viva tu bandera’, la historia oficial del Club River Plate.

Miguel, mil gracias por tu disponibilidad. No nos cansaremos de escuchar tus anécdotas sobre el fútbol y ojalá podremos tener otra posibilidad de conversar en el futuro. Hasta pronto y seguiremos leyéndose tus relatos.
Hasta pronto, Francesco Carraro de Calcioargentino.it

En esta entrevista un agradecimiento a nuestro colaborador Magdi Sadalla, tu fiel seguidor desde siempre y hincha de River.


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